Al puro estilo de Odebrecht, José Humbertus Pérez Espinoza, activista social al frente de las organizaciones “Frente Mexiquense en Defensa para una Vivienda Digna” y “Presunción de Inocencia y Derechos Humanos”, han diseñado todo un mecanismo que opera a través de extorsiones hacia familiares de delincuentes de alto impacto, detenidos en diversos penales del Estado de México.
La operación financiera encabezada por Pérez Espinoza alcanzaría un monto de 120 millones de pesos.
Hace unos días, el diario Reforma hizo público que este personaje mantiene una operación financiera a través de diferentes penales del Estado de México. En estos ha implantado una red de extorsión hacia los presos y sus familias; a quienes exige montos que oscilan entre mil 500 y dos mil pesos por semana. De acuerdo con testimonios recuperados por el medio de circulación nacional, son atraídos con la promesa de ser liberados a través de solicitudes de amnistía; sin embargo, una vez que caen en las garras de la organización son obligados a mantener las aportaciones, bajo amenazas físicas o de traslado. En caso de no cumplir con las obligaciones monetarias, Humbertus Pérez les ofrece participar en su red, a través del cobro hacia otros presos, o bien, convertirse en sus golpeadores.
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Nueva información devela que la operación del activista no se limita a los penales del Edomex, y que ha expandido sus redes financieras más allá del país. Esto a través de migrantes presos de nuestro país, quienes han iniciado su travesía desde Guatemala y El Salvador en busca de un mejor futuro pero que el infortunio los ha llevado a ser encarcelados. Las familias de estas personas también han sido objeto de las extorsiones de José Humbertus Pérez, según detalla la publicación.
La ruta del dinero
Según detalla la publicación, el desfalco financiero de este personaje hacia familias de bajos recursos inició desde 2008; cuando fundó el Frente Mexiquense, organización a través de la cual ofrecía asesoría legal a contraparte de “cuotas” de los agremiados. Esta organización, cuya operación se centró inicialmente en los municipios de Tecámac. Ecatepec y Cuatitlán Izcalli, en el Estado de México, pronto se expandió hacia otras entidades como Veracruz, Quintana Roo, Nuevo León y Chihuahua.
La bonanza financiera del activista llegó a su fin cuando fue encarcelado en 2015. Esto marco un primer alto en la organización. Sin embargo; José Humbertus aprovechó su estancia para diseñar una operación financiera más sofisticada, que suma cuotas del Frente Mexiquense a los montos obtenidos por extorsión a presos.
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En 2020, José Humbertus sale de prisión lo que marca la pauta para concretar sus planes a través de su nueva organización: Presunción de Inocencia y Derechos Humanos. Tras su liberación, Pérez Espinoza convoca a la estructura de afiliados del Frente Mexiquense y tienen su reunión el 29 de febrero del mismo año. En un ambiente totalmente cuidado, puesto que se prohibió el uso de celulares, Humbertus exigió a los integrantes la reactivación de cuotas.
A la par, el activista expandió sus actividades ahora siguiendo la ruta del pacífico, a través de Jalisco, Sinaloa, Durango, Chihuahua. También fortaleció su presencia en Chiapas, entidad que le ha servido como conexión con las naciones centroamericanas, que se convirtieron en su horizonte de expansión.
El mecanismo
El centro de la operación se ubica en sus dos organizaciones, las cuales se han mantenido en total opacidad. Ejemplo de ello es que no cuentan con registro ante la Secretaría de Gobernación ni ha permitido que existan auditorías sobre el manejo de sus recursos.
De manera sospechosa, la única auditoría hacia el Frente Mexiquense fue realizada hace más de 10 años y la misma estuvo plagada de irregularidades sobre el manejo de recursos como la falta de registro de aportaciones, la falta de comprobantes de gastos o la falta de depósitos de aportaciones a las cuentas bancarias.
Con la expansión del activismo de Humbertus Pérez hacia los delincuentes de alto impacto, se puso en contacto con bandas criminales mexicanas y de los países centroamericanos. A través de su organización no sólo fluye el dinero de cuotas y extorsiones, también del crimen organizado, el cual blanquea por medio de Presunción de Inocencia y Derechos Humanos.
Fuente: Industrias México, con información de Reforma.