La seguridad pública y la violencia contra la mujer los temas que confrontaron a los aspirantes, quienes recurrieron a los señalamientos y a los otros datos.
El segundo debate de cara a la elección por la gubernatura de Sonora llegó en medio de un ambiente enrarecido por el asesinato del candidato al ayuntamiento en Cajeme, Abel Murrieta, y la declinación de Ricardo Bours, y fue la seguridad pública y la violencia contra la mujer los temas que confrontaron a los aspirantes, quienes recurrieron a los señalamientos y a los otros datos.
A diferencia del primer encuentro, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador fue el blanco principal, ahora fue la administración de la gobernadora de Sonora, Claudia Pavlovich, la que recibió los ataques desde todos los frentes, por no garantizar paz y tranquilidad en el estado, por un incremento en homicidios y hasta por no tener un gabinete paritario.
Y ya en las acusaciones directas, cada quien agarró su objetivo y, lejos de decir cómo pondrán fin a los problemas reales con planteamientos tangibles, los aspirantes emplearon su tiempo en esgrimir los señalamientos de siempre: “dónde estuvo cuando…”, “mientras tú gobernabas”, “los gobiernos neoliberales”, entre otras imputaciones más.
La disputa que tomó más relevancia fue la de los candidatos punteros.
Ernesto Gándara (PRI-PAN-PRD) externó el reclamo contra el asesinato de Murrieta y pidió el pronto esclarecimiento.
De ahí, reclamó que el problema de violencia sí se puede resolver, “pero no con conferencias, reflectores o con reuniones para tomar café”.
Planteó fortalecer las policías municipales, “no sacarle la vuelta y no hay que abandonar el cargo cuando asumiste”.
El aludido Alfonso Durazo (Morena) recurrió a sus propios datos, gráficas ilegibles que evidenciaban las omisiones del PRI en Sonora, pero también en Hermosillo, donde gobernó Gándara.
“Hay que entender cuáles son las causas de la inseguridad, la inseguridad es proporcional al desinterés del gobierno del estado, la siguiente es la corrupción”, recriminó el exsecretario de Seguridad y Protección Ciudadana federal.PUBLICIDAD
Pero Gándara no se quedó callado: “Para variar, los otros datos y las gráficas que siempre se manipulan”.
La violencia de género confrontó a los partidos menores, los que han sido llamados como satélites.
Rosario Robles, de Fuerza por México, se lanzó contra Carlos Zatarain, del Partido Encuentro Solidario: “Usted dijo que necesitamos dinerito para comprarnos chanclas”.
“No, las mujeres queremos una vida digna y queremos respeto a nuestros derechos”, señaló.
Zatarain le respondió: “Rosario, hablar de chanclitas es de sentido de cariño”.
Gándara volvió a cuestionar: “Las mujeres sonorenses quieren saber dónde está el dinero de los albergues que desaparecieron”, y ofreció recursos, a lo que Durazo contestó con un discurso ya conocido: “Combatiré la corrupción y con todos los ahorros crearé un fondo en los ingresos y prestaciones de los cuerpos de seguridad”.
FUENTE: El Financiero