En menos de dos semanas, Sonora ha entrado en una de las crisis hídricas más severas de su historia reciente. De acuerdo con el reporte más reciente del Monitor de Sequía de México, elaborado por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), el 100% del territorio sonorense enfrenta actualmente niveles críticos de sequía: un 75% bajo la categoría de sequía excepcional y el 25% restante bajo sequía extrema, los dos grados más alarmantes en la escala oficial.
Entre el 15 y el 30 de abril, 12 municipios que se encontraban en sequía severa escalaron rápidamente a la condición excepcional, reflejo de un deterioro acelerado que ha afectado tanto a zonas urbanas como rurales, comprometiendo el abasto de agua para consumo humano, actividades agrícolas y ganaderas.
Condiciones climáticas extremas
El aumento sostenido de las temperaturas y la ausencia de lluvias han sido los principales detonantes de esta emergencia. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) explicó que se trata de una combinación de factores atmosféricos: una circulación anticiclónica persistente y bajos niveles de humedad en el ambiente han provocado un clima extremadamente seco que afecta a gran parte del noroeste del país, incluyendo a Baja California, Sonora y Chihuahua.
El 9 de mayo, Sonora rompió récord histórico de temperatura para esa fecha, al registrar 45 grados centígrados, 2.5 grados por encima del máximo anterior registrado en 2009.
Gilberto Lagarda, jefe del área de Meteorología de Conagua, señaló que Sonora fue el estado más afectado por el aumento térmico durante marzo a nivel nacional. Casi la mitad de las estaciones meteorológicas en la entidad reportaron temperaturas máximas sin precedentes.
Presas, al límite
La falta de lluvias ha tenido un impacto directo y devastador sobre el almacenamiento de agua en las principales presas del estado. Al 9 de mayo, el promedio general de almacenamiento de los embalses es de apenas 11.3%. Algunas, como la presa Adolfo Ruiz Cortines, en el sur del estado, operan al 0.7%, mientras que la Abelardo L. Rodríguez, ubicada en la cuenca del río Sonora, permanece completamente seca desde hace años.
Otros embalses muestran cifras igualmente preocupantes: la presa Abraham González se encuentra al 14%, la Álvaro Obregón al 15.1% y la Plutarco Elías Calles apenas alcanza el 14.9%.
Riesgos y medidas urgentes
Especialistas advierten que la situación podría empeorar en los próximos meses si no se presentan lluvias significativas. Las afectaciones ya son visibles en los sectores agrícola y ganadero, mientras que diversas comunidades rurales enfrentan cortes intermitentes en el suministro de agua potable.
Ante este panorama, autoridades estatales han comenzado a coordinar acciones de emergencia, como el abastecimiento mediante pipas y la búsqueda de fuentes alternativas de agua subterránea. Sin embargo, se reconoce que las soluciones a largo plazo deberán enfocarse en la gestión sostenible del agua, la inversión en infraestructura hídrica y la adaptación al cambio climático.
La crisis de sequía en Sonora no es solo un desafío climático, sino también una alerta urgente sobre la necesidad de replantear los modelos de consumo y producción en un contexto de recursos cada vez más escasos.